Presencial del 7 mayo al 4 junio.

Donación por sesión 20 eur. Por 5 sesiones 80 eur.

Respiración y meditación. Meditación en acción.

 

Los yoguis piensan que nuestra respiración está íntimamente conectada con nuestra mente. Así, para calmar y equilibrar lo que ocurre en tu cabeza primero tienes que regular tu respiración. Y no es una tarea nada fácil ya que casi no prestamos atención a nuestro patrón de respiración.

Pranayama requiere un mínimo de esfuerzo físico, pero permite aumentar el aporte de oxígeno. El mayor flujo de oxígeno llega hasta la última célula del cuerpo. De ahí que se diga que pranayama regenera las células del cuerpo, aumenta el bienestar y ayuda a sanar. Al centrarse en la respiración, la mente se calma y se abre.

 

Debido a nuestro precipitado ritmo de vida, tendemos a respirar demasiado rápido. Una respiración rápida y poco profunda no provee el oxígeno necesario para alcanzar a cada célula de nuestro cuerpo. esto provoca también que nuestros pulmones pierdan vitalidad.

Así, uno de los beneficios evidentes del pranayama es que nos enseña la manera correcta de respirar – lenta y profundamente – usando nuestros pulmones para mejorar la circulación sanguínea y brindar más oxígeno a nuestro organismo.

 

Una mejor respiración provoca cambios positivos en las condiciones generales de salud, removiendo las toxinas.

 

Otro beneficio es el desarrollo de la capacidad de concentración, lo que ayuda a relajarnos. Remueve los pensamientos y las emociones negativas, brindando una sensación de paz y armonía internas.

 

¿Mejora la salud?

El estrés, la ansiedad, las malas posturas y la exposición a contaminantes atmosféricos pueden provocar respiración superficial y reducir el flujo de prana en el cuerpo. Se dice que la mala salud surge cuando se bloquean los nadis y los chakras. La práctica de asanas y de pranayama sirve para desbloquear los caminos de energía y permitir que la energía fluya suavemente por la columna.