Meditación

Transformación interior

El verdadero fin de la meditación no es relajarse ni es tener sensaciones agradables y tampoco es poner la mente en blanco. El objetivo de la meditación es la transformación interior.

"Cuando tu mente es estrecha, las pequeñas cosas te agitan muy fácilmente. Haz de tu mente un océano."Lama Yeshe

Qué es la meditación y para qué meditamos

La meditación es el nombre dado a una técnica o proceso de familiarización y entrenamiento en la toma de conciencia y desarrollo de nuestras cualidades internas y un camino hacia la propia realización.

La meditación nos ayuda a tener una mente más estable, flexible y clara; un mayor equilibrio emocional y nos ayuda a cultivar cualidades humanas básicas como la sabiduría, la alegría, la ecuanimidad, el amor y la compasión, cualidades que están latentes en nosotros pero que no florecen hasta que no ponemos en marcha el esfuerzo y las prácticas para desarrollarlas.

La meditación nos enseña no solo a calmar la agitación constante de nuestra mente, sino también a descubrir y cultivar cualidades beneficiosas y saludables para sentar las bases de una felicidad duradera.

Tipos de meditación

Hablar de meditación es como hablar de deporte. Hay muchos tipos, con prácticas y objetivos diferentes, pero todos los tipos de meditación tienen en común el dirigir la mirada hacia el interior.

 Calma mental y concentración

La meditación en calma mental y concentración se basa en entrenar a mantener la atención focalizada en un punto de anclaje para que la mente deje de saltar de una distracción a otra y cese el parloteo habitual de pensamientos que van y viene.

Los desafíos de nuestra vida cotidiana moderna son incontables y a menudo causan agotamiento, ansiedad, estrés  y nos generan muchos pensamientos rumiativos y preocupaciones.   Del mismo modo, la esclavitud a las redes sociales, el uso abusivo del móvil o internet provocan falta de atención, indiferencia social y falta de empatía no solo en jóvenes sino también en adultos.

Una forma de cambiar ese estado de agitación e insatisfacción latente es «hacer una pausa» en nuestra atención siempre dirigida al mundo externo para mirar hacia adentro, algo que habitualmente no hacemos casi nunca.

La meditación en calma mental y concentración se basa en entrenar a mantener la atención focalizada en un punto de anclaje para que la mente deje de saltar de una distracción a otra y cese el parloteo habitual de pensamientos que van y viene.

El camino de la concentración empieza con el foco en la respiración u otro punto de anclaje de la mente.  Para  los principiantes supone una oscilación constante entre la atención focalizada y las distracciones que intentan sacar a la mente de dicho anclaje. Gradualmente, el meditador aprende a mantener su atención en el foco elegido y observar sin reaccionar todo lo que acontece en la mente: pensamientos, impresiones sensoriales, emociones  y a dejarlos pasar sin involucrarse. De este modo, las distracciones habituales van perdiendo fuerza para arrastrar a la mente y sacarla de su centro.

Cuando el meditador es capaz de mantener la atención en un punto sin dejarse arrastrar por las distracciones y aprende a aceptar la experiencia del momento sin aferrarse a lo agradable ni luchar contra lo desagradable, se desarrolla un bienestar mental y psicológico progresivo.

La paz y la serenidad resultantes de la meditación en concentración pueden calmar nuestra mente y ayudarnos a ser personas más tranquilas y pacíficas.

Meditación Vipassana o visión penetrante

El objetivo de esta meditación es ir cultivando la sabiduría. Una vez estabilizada la atención consciente y la mente se ha pacificado, se va abriendo un espacio que da paso a las aguas claras de nuestra conciencia.

Uno de los objetivos principales de cualquier camino espiritual es conocer como está conformada la persona,   cual es la naturaleza de la existencia de la persona, y de los fenómenos.

El objetivo de esta meditación es ir cultivando la sabiduría. Una vez estabilizada la atención consciente y la mente se ha pacificado, se va abriendo un espacio que da paso a las aguas claras de nuestra conciencia.  Esta combinación de estabilidad en la atención y claridad de la mente constituyen la base o instrumento para indagar en las grandes preguntas de la existencia: ¿Cuál es la naturaleza de los fenómenos? ¿Cuál es la naturaleza de nuestra mente?  ¿qué papel juega nuestra mente en la conformación del universo que percibimos?

Con el despertar de la sabiduría, al reconocer la naturaleza efímera y carente de sustancia de los eventos mentales, el meditador abandona gradualmente la avidez, el aferramiento a emociones, sensaciones sensoriales agradables, a  creencias, pensamientos e impulsos que nos dirigen en el día a día y así va avanzando por el sendero de la libertad interior.

Cultivo de cualidades positivas

Con la práctica mantenida de la observación interior, el meditador va descubriendo cómo funciona la propia mente y puede distinguir las características útiles y beneficiosas de las que no lo son. En otras palabras, podremos decidir qué cualidades cultivamos para llevar una vida más equilibrada y feliz; cómo romper con los hábitos no saludables y desarrollar hábitos beneficiosos y cualidades positivas.

Nosotros ya poseemos la semilla del amor y de la compasión pues todos queremos que nuestros seres queridos sean felices y estén libres del sufrimiento. Con la meditación en el cultivo de actitudes positivas, vamos entrenando a ampliar el círculo de las personas que nos importan para incluir no solo a los nuestros, a los similares, a los cercanos y así aprendemos a no sentirnos cerca solo de unos y distantes de otros muchos sino a sentirnos cerca de todos, amigos y extraños; como si los miembros de nuestra familia o el número de amigos fuera aumentando cada vez más.

Las meditaciones en los cuatro pensamientos inconmensurables y la meditación en Tong len (dar y tomar) van esculpiendo y transformando nuestra mente y nuestro corazón. De este modo, aspectos que nos hacen sufrir, como la codicia, el enfado, el egoísmo, la fuerza del ego o la envidia se van debilitando al mismo tiempo que afloran cualidades que nos hacen más felices como la ecuanimidad, la compasión, la amabilidad y la alegría. En otras palabras, nuestros hábitos, patrones y estados mentales habituales se van transformando en hábitos y estados muy positivos que hacen que nuestra felicidad sea menos dependiente de los acontecimientos y situaciones externas. Esto nos convierte en personas menos dependientes, y por ende, más sabias y menos vulnerables.

Dzogchen, Tantra y Mahamudra

Estas son prácticas meditativas dirigidas a meditadores / practicantes budistas avanzados que conectan con estados profundos y sutiles de la mente y del cuerpo energético.